Muy seguido, nos piden explicaciones, nos piden que justifiquemos lo que hacemos, por que para hacer algo hay que saber decir por que lo hago, y de eso se trata; la vida es como las matemáticas, uno puede poner el resultado pero ¿Cómo sabemos de donde lo sacaste? si las cuentas, ni tu borrador, ni las pruebas de cómo lo hiciste no están.
Podemos contar una y mil veces como hicimos, pero para que te lo tomen enserio hay que tener las pruebas fehacientes de cómo lo hiciste, hay que justificar lo que hiciste, por como lo hiciste, en otras palabras: justificar los fines por el medio.
Por mas difícil que sea justificar las cosas, nosotros tenemos que acostumbrarnos, a dar explicaciones a quien se lo merece. No tenemos un punto intermedio, vamos de un extremo al otro; o no le damos explicaciones a nadie, o se las damos a todo el mundo.
Tenemos que aprender a justificar lo que hacemos, y cuando le damos explicaciones a todo el mundo mi justificación es que necesitamos sentirnos seguro de que lo que vamos a hacer no es errado y cuando no se las damos a nadie es por que estamos seguros de lo que hacemos y no nos importa lo que piensen los demás.
Pero por mas que nosotros estemos seguros de que lo que estamos haciendo esta bien, hay gente que necesita que les demos explicaciones, por que se preocupan por nosotros, nos quieren, pero también cuando nos las damos, es por que no tenemos como justificar lo que hacemos.
Justificar es más difícil que actuar, actuamos luego pensamos, y luego nos arrepentimos, pero ya vamos a aprender, que las cosas justificadas son mejor para que la gente no tenga razón para hablar.
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